Presa romana de Valhermoso |
Dista de Casalgordo unos 4 Km. en línea recta hacia el S. O. Desde Sonseca hay unos 7 km. por el camino de La Estrella y La Cruz de Pelusa.
Se hizo en época romana, entre los siglos II y III d. C. para captar las aguas del arroyo antes de desaparecer en las cuencas más bajas absorbidas por las tierras.
El caudal de esta corriente es escaso. Corre únicamente cuando llueve con cierta intensidad.
Todo lo que era el embalse, ha quedado cubierto de sedimentos finos arrastrados por el agua y sujetados por la propia presa.
La fosa o barranco actual, que se ve en la imagen, se hizo en 1983 por orden del Ayuntamiento con la intención de encontrar agua potable para el abastecimiento del pueblo, muy escasa en aquellos años. Sólo se surtían de pozos.
Si observamos detenidamente la composición de la presa, podemos apreciar tres elementos:
1.- Un muro de hormigón impermeable.
2.- Un terraplén (espaldón) de tierra para contrarrestar la presión del agua.
3.- Unos contrafuertes para equilibrar la presión del espaldón cuando el embalse está vacío. Se conservan tres muy dañados en el tramo central.
Los cimientos se construyeron directamente sobre el lecho del arroyo.
Contrafuertes muy deteriorados por la excavación de 1983
Descripción
El trazado de la presa está hecho en dirección Oeste-Este, no en línea recta, formando un ángulo obtuso de 171º. El vértice hacia el agua para hacer más resistencia.
La longitud de la presa sobrepasa el centenar de metros. Parte de ella no sale a superficie.
En el muro se distingues varias partes de diferente grosor, llegando el máximo a 1,50 m.
Su altura ronda los 3 m.
Los materiales utilizados: granito, trozos de ladrillo y teja, hormigón y argamasa.
En el extremo derecho de la presa se aprecia un desagüe superficial o aliviadero del que arrancaba un canal que conducía las aguas al poblado de La Mezquitilla y sus tierras donde hispano-visigodos y, más tarde musulmanes, harían uso de ellas.
CANTERAS
En los alrededores de la llamada Mesa de Valhermoso se encuentras cinco canteras de granito de donde los canteros romanos extrajeron el material preciso para su construcción.
Todavía se pueden comprobar las marcas rectangulares alineadas (fotografía), que dejaron en la piedra berroqueña, que no terminaron en partir en bloques.
El proceso para partir el granito era muy sencillo: hacía las marcas a golpe de cincel, en ellas introducían unas cuñas de madera a presión que hinchadas de agua ocasionaba normalmente el resquebrajamiento de la piedra por la línea indicada.
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